Monday, October 30, 2006

Hasta la cocina

La entrevistadora, el lugar y el idioma (suponemos) nos llevan a la estética de "Reconstrucción"; el humor inocente a los gags del chavo; y el desenlace a las rutinas del ya fallecido Porcel.

La incandescencia senil escandinava, ¿no?

La de esa...



una estrella interceptada en on the récord

Verdes, invaluables prados esparcidos meticulosamente en uno de los barrios más emergentes de La Dehesa hacen las veces de centro deportivo del colegio que Peña eligió para sus hijos menores. Por arte de magia, para la vencible incredulidad del desorden, Raquelita Calderón pasea sus castaños cabellos a la cadencia que marcan sus caderas de joven mujer, acompañada de su mejor amiga y coanimadora de recreos y fiestas y kermeses. El sol de domingo hace que se arrugue su primera piel, y la obligan a que arrisque su nariz frente a la subrepticia pero poderosa irrupción del desorden.

Desorden: No podemos creerlo. Eres tú la Hija de Raquel Argandoña?
Raquelita: (tímida, reconfortada) Si, yo soy.
Desorden: Bendita nuestra suerte. Nos halaga tu presencia. Eres decididamente el futuro de la televisión chilena y de la farándula nacional. Estás llamada a ocupar el cetro que dejó tu madre. Te vimos con Leo Caprile. Suelta, cómoda, desinhibida, lúcida. Excepcional.
Raquelita: (con una sonrisa que oscilaba entre el escepticismo de una estrella y el sincero éxtasis de una niña) Gracias…
Desorden: Sácanos de una duda. Es cierto lo tuyo con Olivares?
Raquelita: (ofendida) No, para nada. De hecho, es medio gay.
Desorden: En serio?
Raquelita: (expiándose, sacudiéndose de compromisos) Ajá.
Desorden: Pero fue el invitado de honor de tu fiesta de 15. Lo vimos por televisión.
Raquelita: (ya, digámoslo: coqueta) No, nada, si mi mamá fue la que lo invitó.

Friday, October 27, 2006

Perspecplejia o de la chilenidad en sentido estrecho.

pensado en CEP

Julio César, indecorosamente sabinista, conoce la canción, pero sus ortodoxas maneras de llevar la herejía le deben haber impedido entenderla. Por lo menos al modo en que la ha querido escuchar el desorden.

El nombre de la canción da algo más que una pista pero mucho menos que lo que se necesita para que le quepa a un chileno en el oído. El españolazo de Sabina, maestro de la rima consonante, bautizó a la obra como La Frente Marchita para aludir a Volver, el meláncolico lamento argentino. Cuenta la historia, que un joven Sabina, supo enamorarse de una bandera argentina disfrazada de mujer que se encontró en El Rastro y que el romance no se hizo noviazgo porque ella pasó su estadía en españa más preocupada de volver a su patria que de quererlo a él, más preocupada de su espíritu que de su corazón.

No hay nostalgia peor, exagera el amigo de Calamaro, que añorar lo que nunca jamás sucedió. Es precisamente esa forma de la nostalgia la que se padece al escuchar la apología de un español a un país que cualquier buen chileno admira tanto. Si no se puede ser nacional sino del país que a uno le tocó, sería una austera pero reconfortante compensación, poder mirar al país que uno quiere de una manera satisfactoria, del modo más justo. Ni eso.

Buenos aires es como contabas "hoy fui a pasear".Al escuchar a Sabina uno se entera de que hay países más grandes, más latinos, más historiados, y alfabetizados que Argentina que ceden lascivos ante el encanto de la albiceleste. Españoles que miran con alguna incredulidad al resultado encantador de una expedición financiada por su corona. Europeos respetuosos y hasta tímidos tentados a dejar que Borges tome el lugar de Cervantes en su velador, a acallar a los cantaores para poder escuchar mejor al Gardel de la gente. No es ni la estatura de sus ciudadanos, ni la carne abundante, ni los edificios nobles, ni los verdes prados lo que dirige las miradas españolas hacia el sur. No es el hambre lo que les hace comer de ese lomo ancho.

"Con la frente marchita" cantaba Gardel. Los chilenos, mil veces desafortunados, estamos conminados a mirar a la argentina desde nuestra más profunda y tímida chilenidad, la riqueza espiritual desde la pobreza material, la garra argentina, desde el campeonato nacional. Cómo atesorar la especial manera de ser espontáneo y despierto del quiosquero vende-clarines sin confundirla con prepotencia y verborrea, o por último, con espontaneidad a secas, con indiscriminado derroche, si se ha crecido entre calles silenciosas, vecinos vergonzosos y trabajadores, recelosos de los suyo, cautos y nerviosos. Cómo no encontrar livianas o en el mejor de los casos pasajeras a las argentinas, si se ha padecido en carne (más bien en la ausencia de la carne) propia la satisfecha mesura de la mujer que así promete un futuro esplendor.

Pero tú no querías más amor que el del río de la plata, se queja el enemigo íntimo de Páez. Por más que nosotros queramos más amor que el del Mapocho, lo queremos desde el río ese, ahogados en él, sin saber con precisión qué anhelar, porque nos faltan tantas, tantas cosas…

Thursday, October 26, 2006

Lo sentimos, de nuevo

Producto del escándalo mediático y monetario en que se ha visto envuelto Chiledeportes en el curso de esta semana, nos vemos incapacitados de realizar la pinponada bailable que con sus fondos concursables habíamos previsto para este viernes veintisiete del octubre en curso. Las provisiones del dinero comprometido por la entidad han quedado congeladas hasta nuevo aviso.

otra fiesta que ha sido cancelada cancelada!

Mentalidad Superacional

dejado caer en fichitas cortitas

Todo lo que queremos,
con esfuerzo y con la ayuda,
esas pequeñas grandes cosas...
que nos llevan a triunfar.

Quien creyó que estos versos compuestos por algún creativo estrella de
alguna oficina estrella (aunque quizás ni lo uno ni lo otro: corrían
los ochenta), no estaba pensando en el mozuelo que se aventuraba en su
primera odisea en patines; ni que era su primera vez sin ruedas
laterales en la bicicleta del Muricy; ni que se le había pasado por la
cabeza el primer tanto del Mago Fernández cursando su prekinder, algo
de razón tiene. ¿ O creen Vds. que pensaba en los alumnos grisáceos
de aquel Chile, rindiendo un test parecido al SIMCE?
El Desorden tiene para Vds. la respuesta a esta incógnita que por años
pareció obscureserse más y más producto de la reinterpretación
histórica de los hechos tras los hechos: en mente no se tenía nada más
que a la fuerza metafísica con que el mercado daría al joven "Josito"
una oportunidad (pequeña grande) que lo llevara a triunfar. Quien
ahora tiene veintitrés escasos años, hace seis quedó en una silla de
ruedas y hoy accede al mundo de la pornografía en calidad de
protagonista. Y si el nombre de la cinta es "Quere es poder", ¿qué, si
no, tenían en mente los poetas del himno que arriba recordábamos?

Tuesday, October 17, 2006

Lugar de Consenso

posteado en cancelamos la fiesta

Luego de sucesivas votaciones, el Desorden ha vuleto a manifestar su abstención. Frente a la inexistencia de locales de consenso que alberguen la fiesta que teníamos programada junto a otros habitantes de la blogósfera para aunar fuerzas y dinero y sacar adelante nuestros proyectos y poder vetar algunos que nos parecen dignos de repruebo, hemos tenido a bien retirar de las imprentas digitales las entradas, desechar contratos con espónsors, obviar el homenaje que esta (humilde) comunidad iba a brindar a las rojitas y, en fin, cancelar la fiesta.

Wednesday, October 11, 2006

Queridísimo Líder


Una Ficha Corta
Coeficiente intelectual de genio, gusto la buena mesa y las mujeres; jamás olvida una cara, un número telefónico o una línea de programación computacional. Nada de esto impacta al Desorden. Pruebas nucleares a pesar del mundo, japoneses secuetrados por el Querido Líder para enseñar ahí costumbres y el idioma nipón. Tampoco esto es un shock para el espiritual Desorden.
Queremos dejar esto hasta acá: estamos impactados por sus anteojos.

Sunday, October 08, 2006

¿Vos erís el hijo de Carlos Peña?

Invaluable, lo encontramos en La Nación Domingo. No podemos menos que ofrecerles, a modo de ofrenda, al primogénito de uno de los más citados rostros del blog. Ojo con clavarse la astillita ésta.


por Dalia Rojas (LND)

Su alma máter es la Universidad Alberto Hurtado, donde cursa primer año de leyes. Es amante de la música y tiene un grupo hardcore y punk en el que las hace todas. Ad hoc con su estilo, Carlos Peña Jr. conversa con LND en la entrada del Portal Lyon y cuenta por qué no entró a la Diego Portales, en la que su papá es flamante rector.

–¿Le estás haciendo la competencia a tu padre en la Universidad Alberto Hurtado?
–No, le voy a ganar a mi viejo.
–¿Y por qué la Alberto Hurtado y no la Diego Portales?
–Más que nada por el prejuicio de ser hijo de mi papá. No estoy ni ahí con bancarme cosas que ni yo pesco. Mi viejo es mi viejo, yo soy yo.
–¿Fue por él o por Francisco Javier Cuadra?
–Por Cuadra, por mi papá y por Carlos Peña hijo.
–¿Y él nunca te dijo que te fueras a la UDP?
–Lo principal era meterme a una buena universidad, cuál fuera le daba lo mismo. De hecho, él mismo me la recomendó.
–¿Lees las columnas de tu papá en “El Mercurio”?
–La verdad, no. Leo diarios, pero trato de omitir a mi papá. Yo también escribo y escribo muy parecido a mi viejo y sin querer. Entonces me molesta cómo escribe él y tiendo a criticarlo mucho.
–Tu papá es abogado, tú estudias leyes. En algo se parecen.
–Sí, pero yo no quiero ser como mi papá. Mi papá es abogado de derecho penal y yo quiero estudiar derecho comercial. Tener una empresa está dentro de mis proyectos. Y ahora estoy tratando de formar algo.
–¿Punk o skater? Me contaron que eras medio punk y emo.
–Yo antes era punk y andaba en skate, y andaba en toda es volá’ rara de la anarquía y esas cosas. Pero ya no, igual me sirvió harto para madurar y ser lo que ahora soy. Ahora tengo mi propia ley.
–Políticamente, ¿cómo te defines? Hablas de anarquía, tu polera tiene los colores de Marley. ¿Te gusta el Che?
–Yo no soy de esos huevones que anda odiando o alabando a Pinochet. No viví esa época. Prefiero estudiar la cuestión en vez de que me la cuenten. Por eso tiendo a tener pensamientos propios y no me gusta vincularme a cosas estructuradas.
-¿A un partido u organización, por ejemplo?
–Me ofrecieron meterme en el PS unos amigos que están adentro. Y no estoy ni ahí, porque tengo mi propio pensamiento. Puedo entrar en conflicto con el gallo más extremista de izquierda, como con el gallo más extremista de derecha, y con los DC también.
–¿Estamos frente a un libre pensador?
–Me gusta pensar y tengo la maldita utopía de que alguna vez vamos a llegar a respetar el espacio del otro y así vamos a estar tranquilos por la vida.
–Unos amigos tuyos me dijeron que te iba pésimo, que faltabas a las clases, y que eras súper flojo.
–Soy flojo, eso está claro, y me gusta ser flojo, porque así soy yo. No me gusta aparentar que soy mateo. Por lo mismo, cuando llegué a la U me miraron de pie a cabeza y me preguntaron: “¿Vo erí’ el hijo de Carlos Peña?”. Y yo les dije: “si, poh, ¿algún problema?”. Y me decían que se imaginaban a alguien de terno y corbata.
–¿Y qué piensas que hubiese pasado si te hubieras metido en la universidad en la que tu papá es el nuevo rector?
–Lo mismo que ha pasado en esta universidad a comienzo de año. Pero habría sido más prolongado.
–¿Qué te pasó?
–Me miraron como hijito de papá. Y después se dieron cuenta de que yo no era Carlitos Peña, sino el “Pipo”. En la universidad preguntái por el Pipo y te dicen que sí, que lo conocen. Pero preguntas por Carlos Peña y te dicen: “Sí, sí, he cachado a ese hueón, pero no lo conozco”.

Tuesday, October 03, 2006

“Lugares Comunes”

Andrés no se siente cómodo, suda mientras repasa una y otra vez las notas en que escuetamente resumió las horas de asesoría comunicacional que los del segundo piso de palacio le sugirieron. Intuye que esto de encantar serpientes nunca fue lo suyo, que su rostro adusto, de cejas gruesas y nariz plana, no emocionan al respetable; que su tez no es lo suficientemente morena como para disimular su buena cuna; que el ritmo impostado que vio frente al espejo no iba a desaparecer por arte de magia frente a las cámaras. En fin, que de político tenía poco – recuerde que hace unos meses le espetó a una senadora “ustedes los políticos no entienden nada”- o nada.
Mas, una secreta circunstancia le tranquilizaba: el convencimiento de que ya sabía todo lo que se debe o no hacer a la hora de dirigirse a las grandes audiencias. Halpern le había recomendado un par de libros, un colega de Harvard, emailiado otros tantos papers: que las manos (se levanta sólo una de vez en cuando para enfatizar (se ve además más dinámico), y las dos porque algunos sugieren que recuerda a Lagos y se podría “colgar” de su “llegada”); …que la corbata tornasoleada agradará a los quintiles de b2 en adelante, y desagradará al nada representativo abc; …que el ejemplo para que se entienda , y así sacarse el estigma de técnico; …que Ema, su nueva hija , oh sí!, Ema también, no importaba, él iba a hacer todo lo que estuviera en los manuales, y en las teorías más novedosas para captar a las audiencias.
La política -se repetía a ratos- en especial ese subgénero del discurso, no podía ser tan distinto a la economía u otra cualquiera disciplina intelectual. Por medio del estudio razonado, se debería llegar a dominarla de tal manera de producir un efecto similar al inflamante discurso de cualquier carismático líder de turno. En fin –pensaba mientras un brillo ambiguo trataba de forzar en sus ojos- él se proponía nada menos que a domar a la política desde las riendas de la técnica, y, a la vez, silenciar de una vez por todas a aquellos que, como Peña, don Carlos, sostenían que no se debía confundir el policy making con la política.

¿Lo habrá logrado nuestro egregio ministro? ¿Es esta la embestida final de los tecnócratas? Hágase parte de los poderes del estado, y Juzgue (por Vd. mismo).