Moderno Delfos

Distinguido, ácido y narcotizante, Milton sabe partir con el pie derecho. Fustiga, merecidamente desde luego, a los poderes del Estado, entre los que, dando cátedra de sensibilidad pública, incluye al desorden. Una lección que tal vez nunca podremos asimilar completamente. Palabra revelada. Un must.
Coméntelo si se siente hoy lo suficientemente herético.

Como anunciábamos

El desorden no es pudoroso. No reconoce a la humildad como un imperativo vinculante. Cuando se supera a sí mismo lo dice, y fuerte. Hemos validado nuestro segundo comportamiento, un caso mucho más difícil que el primero y brillantemente resuelto por nuestros preclaros metafísicos de las costumbres.
Además, hemos añadido ingredientes a un tema que puede -quizás esa sea su principal virtud- prescindir de ellos: la palta.
Por último hemos dado pistas en dos secciones tan prometedoras, como un cuadro que nunca me regalaron y que ahora soy capaz de imaginar de cualquier forma, color y tamaño. Hablo de Hagámonos Famosos, donde definimos algunos conceptos con afán estrictamente propedéutico, y Así será en Londres, donde nuestros arquitectos diseñaron una cómoda sala de espera para que el cibernauta no se impaciente.
Agradecemos la llegada de más afortunados comentarios. Recuerden, estamos a la espera del tercer comportamiento. Queremos validar. Y ser validados.

Algunas cuestiones

A ver, a ver: novedades. La sección de farándula abre sus puertas y saluda emocionada al cibernauta. Abrimos con el emperador Julio César y su jubilación anticipada. Frío y conmovedor análisis al cuidado de lo más granado de la opinología chilena.
Milton, ese equilibrista de Nash, está por aterrizar en Chile a refugiarse en su rincón, y llega, según información extraoficial más duro y eficiente que nunca.
Estamos por validar nuestro segundo comportamiento.
Celebramos los pertinentes y ardorosos comentarios recibidos, que le dan alas a este avión, pollo a esta cazuela, pases a este ronaldinho, y sexo a este Michael Douglas.

Nos referimos a la razón

James, Don Henry lo dijo una tarde de un otoño menos soleado que éste: "La propia razón es demasiado insípida. Es como una cama sin colchón". Ven, te invitamos a compartirla con nosotros. Ya saben que nos gusta dar. Y recibir.

según lo pedido

Si quieres comentar anónimamente, ahora puedes hacerlo. En todas nuestras secciones está habilitada la función que lo posiblita. Ya no tienes excusas para no dejar tu comentario. Queremos dar. Y recibir.

Novedades.

Validamos nuestro primer comportamiento.
En la sección on the record tenemos más sabrosas y rápidamente digeribles microentrevistas.
En la Palta, nuestro equipo aconseja como comportarse a la hora de elegirlas.
En Prescripciones, más y distintas : un stand up comedy hilarante, responsable y sobria crítica de música, nuevo link recomendado, y entrada directa a nuestra sección favorita de espongiforme.com.
Estamos trabajando para que los comentarios a esta página puedan ser anónimos.

judas it matter to?

Sorprendentemente laica, pero excesiva igual, le pareció al desorden la polémica en torno a la identidad moral de Judas. Se pareció más a un debate sostenido por filólogos argentinos en relación a la verdadera nacionalidad de un texto perdido, que a la vindicación o refutación de la palabra revelada. Se comportaron los bandos, en general, como sobrentendiendo que la cuestión era elegir qué ficción se prefiere y a qué tendecia religiosa-inmanente se iba a favorecer. Digamos, la cuestión fue estrictamente político literaria.
Desde el punto de vista que más importa, el honestamente ficticio, sin embargo, la cuestión estaba zanjada antes de que comenzara. Judas, tiene a lo menos tres versiones, las tres igual de verosímiles, sistematizadas por Borges en un cuento llamado precisamente “Tres Versiones de Judas”. Algunos años después de acometer la redención literaria y eventual de Iscariote, Borges iba a conversar una tarde entera con Menotti sin percatarse de que se trataba del técnico de la selección nacional argentina, recién coronada campeona del mundo gracias al régimen militar argentino y al Matador Kempes.
Kempes, el mismo que relató hoy el desastre escondiendo su angustia; Borges ya estaba muerto pero seguramente alguna versión de él debe haber atestiguado el hito. Juan romásn Riquelme, el Topo-Yiyo, le dijo a su cristo Pellegrini, y al pueblo del Villareal "hasta mañana si Dios quiere”. De seguro ni el pueblo ni el ingeniero van a descansar bien. Con la cara más tristemente conmovedora que se haya visto en cualquier escena pública -me atrevo a incluir al 11 del 9 del 73 y del 2001 entre los candidatos-, Román, siempre lúgubre y suficientemente depresivo como para ocupar la camiseta ocho en vez de la diez, se dejó vencer para expiar las culpas de todo el pueblo de Villareal, para que una vez muerta, o hundida al menos, la reputación del ingeniero, pudiera resucitar como el Cristo de los Gitanos, quién sabe si tal vez al mando de la Roja de todos.

de(s) orden público

Saludamos a nuestro primer lunes y les avisamos de la creación, llevada a cabo magistralmente por nuestro técnico equipo, de nuestro correo eléctronico adonde podrán hacernos llegar sus propuestas e inquietudes para cada una de las secciones y esculpir sus ideas vagas y extravagantes atingentes al contenido de la página. ¿Hiciste algo de lo que te avergüenzas? Mándanos la descrpción de tu comportamiento y exorcisaremos, matiz por matiz, de una vez por todas, esos falsos demonios. ¿Comiste palta y te topaste con hilachas? ¿Quieres ayudar a nuestros cibernautas y, en relación a la sección de upgrade social, convencerlos de que nunca llamen a la radio y le pidan al conductor la oportunidad de mandar saludos para todos los que los conocen?
Tómate tus licencias y envíanos tus gustitos a desordendecosas@gmail.com.

A estas alturas del partido, o sea, una vez que ha terminado, nos parece obvio: Roger Federer no existe. Recién ahora podemos estar seguros, a pesar de que siempre nos resultó inverosímil su presencia en la tierra. De rasgos implacables, de porte y modales perfectos, inexpresivo, de mirada profunda al estilo de los superhéroes de cómics y por supuesto, incapaz de otra cosa que ganar, este milton parecía una exageración infantil de un excelente deportista. Ahora todo cobra sentido. El personaje éste, es precisamente eso, y es obra de la imaginación de todos los tenistas del mundo. Dicen que cada persona tiene sus propios demonios. Los tenistas comparten al mismo y lo llaman Federer.
Los temores más genuinos, aquellos que en verdad tienen la aptitud de aterrar, están, por lo general, desprovistos de belleza creativa y matices de color. Así es que lo imaginaron ciudadano del más neutral de los países, mudo, reacio al mundo exterior, de semblante casi místico y calmo en todos los casos posibles. Ni siquiera fueron capaces de atribuirle inclinaciones tan básicas como el gusto por las mujeres. Lo pensaron consustancial al tenis y llegaron a verlo de la mano de una rubia corriente, con leve sobrepeso, que alcanza el paroxismo del amor cuando lo ve jugar y que además las hace de manager del atleta.
Federer vive solamente dentro de la cabeza de los tenistas. Tiene tanta fuerza su imagen dentro del subconciente de cada jugador que, luego de convencerse ellos mismos de su existencia, nos lograron engañar (hasta ahora) a nosotros. El suizo representa el miedo más íntimo de sus artífices, la constancia que no tienen, el talento de que están desprovistos, y los títulos que nunca van a ver en sus paredes.
En Sweet and Lowdown, Emmet Ray, el protagonista de la película interpretado por Sean Penn, está seguro de ser el segundo mejor guitarrista de jazz del mundo. La sola mención de Django Reinhardt, un jazzista parisino que ha visto tocar un par de veces, lo pone de mal humor. Es dueño de la única música que lo hace llorar y por eso, es también la única persona a que respeta. Y que teme. No hay noche lo suficientemente buena como para obviar que Django, seguramente, lo hubiera hecho mejor.
No importa qué tan bueno seas, siempre Federer, igual que Django, va a ser mejor que tú. Hasta que, por supuesto, venzas tus temores y domines a tu subconciente. Por eso es tan importante lo que acaba de conseguir el niño Nadal: se ha impuesto sobre sí mismo en cuatro durísimos sets. Le ha ganado a Roger Federer.

Les comentamos algunas de las próximas secciones a ser estrenadas después o nunca. En primer lugar aparece JotaDePé (reducción de Juegos de Palabra) un sillón confortable para reflexionar acerca de los usos y desusos del lenguaje cotidiano y técnico en sentido, desde luego, estrictamente extramoral. Además, y por el mismo precio, es decir, nada, para que el cibernauta (moderna versión del "regalón") se sienta mínimo y estimulado, presentaremos "el rincón de Milton", un acogedor futón para dialogar en torno a las perspectivas y límites de la economía neoclásica desde el zénit, por cierto, del empresariado endogámico. En tal sección, si usted pretende participar del debate, deberá razonar como un magnate lo hace respecto de sus fortunas más ampulosas. Por último, en la sección "hagámonos famosos" usted encontrará un acalorado y aspiracional consenso respecto a la posibilidad cercana e inmediata de robar protagonismo a las pequeñas y medianas estrellas de rock.

Sin mayores novedades.

esta es nuestra primera entrada

lamentamos comunicarle al mundo que es una de nuestras últimas salidas