Tuesday, November 28, 2006

Qué atentos!

Una prescripción
No queríamos llegar tan lejos. Pero bueno, nos interesa la posteridad, esa seductora que nunca se deja ver nítidamente, ni menos tocar. De ahí que reflexionásemos del sigiente modo: si es cierto, si llega a confirmarse ésta, la más sediciosa de las teorías, es mejor contarse entre los que publicaron la revelación en su minuto que entre los macdonaldianos timoratos y los cínicos postolerantes (aunque esos nos seducen, la verdad) que la silenciaron como gángsters. Así que aquí les va. Coméntenlo en la sobremesa. Desordénese la melena, alce el volumen de la voz y ataque a sus comensales con el material fogoso que le seleccionamos.

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Tenga, por último, el buen gusto de leerlo entero para contárselo después al oído atento pero algo incrédulo del desorden. Ya saben que nos gusta enseñar. Y que nos enseñen.

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